"Amigo Ángel, tienes razón en que nos conocemos desde hace muchos años. Y sé que eres sincero cuando dices que siempre has sentido amor y admiración por mí. De hecho, sé que sueñas con ser como yo cuando crezcas, pero tú nunca te decides a crecer. Yo te voy a corresponder con la misma sinceridad: tú siempre me has parecido penoso y patético.
También tienes razón en que nos conocemos desde hace mucho tiempo, desde críos en el cole, pero te patina un poco la memoria en los detalles. Efectivamente, yo estaba contigo cuando te quitaban el bocadillo en el recreo, porque precisamente era yo quien te lo quitaba. Como siempre he sido agradecido y coherente, también era yo quien te defendía cuando otros niños te rompían las gafas y te decían cabezón y friki.
Tampoco niego que iba a menudo a cenar contigo a tu casa lo que tu madre nos preparaba, pero era sólo para recogerte los deberes que tan amablemente hacías por mí y para no irme de marcha con el estómago vacío.
Tú y yo hemos cambiado poco desde entonces. Tú sigues igual de valiente que siempre, y aprovechas cuando no estoy delante y no puedo darte réplica (y alguna colleja) para compararme con Hitler y pedir a la dirección, no en una comunicación interna, sino utilizando el poder de propaganda de las cámaras, que prescinda de mí. Incluso emites en tu miniespacio un vídeo burdamente montado para hacer creer a Sandra que la estoy insultando, cuando sólo leo un comentario que he recibido. Angelito, a mi espalda me llamas Hitler cuando a ti te delata tu admiración por Goebbles. Imagino que ahora lo negarás todo, igual que negabas con el dedito en la falta-de-gala cuando yo te acusaba de decir ante las cámaras a tus alumnos que el éxito no guarda ninguna relación con el talento. Seguro que tu comentario, bastante autobiográfico si es que se puede considerar éxito a dirigir una academia para la productora de telecaspa en la cadena del telecirco, les tuvo que motivar mucho para seguir esforzándose en su formación.
Finalmente, en respuesta a tu cinismo al llamarme amigo, te diré, como el amigo tuyo que nunca he sido, que creo que tú mismo eres tu peor enemigo, que te estás convirtiendo en una caricatura de tí mismo, fundamentalmente porque la audiencia no es tonta y tú solito te estás poniendo en ridículo. Como le digo a los concursantes, te voy a dar un consejo, y como repito siempre, si quieres lo tomas y si no lo dejas, que será lo que probablemente hagas: censúrate, Angelito, porque ya eres inemitible.
Y para que por fin de una vez te quede claro, yo no voy a tu miniprograma por razones de higiene mental y porque no estoy dispuesto a participar en tu espectáculo bochornoso y degradado ni en el frikismo de tu telecirco. Para eso, conmigo no cuentes. Pídeselo a la Galera, que estará encantada por unos minutos más de cámara para hacer campaña por su favorito.
Y, créeme, aunque no voy a ir reconozco que la tentación es muy grande, no para promocionar mi libro una y otra vez como Sardá, porque mi libro ya es best seller por méritos propios y encima nadie lo ha escrito para mí, cosa que no todos pueden decir, sino porque yo sólo improvisando os reparto estopa a ti y a tu séquito de bufones por muy preparado que tengáis vuestro guión y vuestro espectáculo. Y la verdad es que ya os tengo muchas ganitas.
Con todo mi amor, del mismo que la semana pasada llamaste Hitler.
Firmado: Risto Mejide" (al menos, lo que a muchos nos gustaría que Risto respondiera)