
Vaya por delante de que es muy improbable que la productora cometa la torpeza de hacer tongo. Ya expuse en este blog las razones objetivas para llegar a este convencimiento, en el artículo No hay hay dique capaz de frenar la fuerza de la Marea Azul.
Esta es la primera vez que la productora, que en otras ediciones no había encontrado más resistencia que algún pataleo, está obligada a hacer las cosas bien porque existe una indiscutible favorita que está respaldada por una gran mása crítica de seguidores, convertida ya en todo un ejército, la Marea Azul, perfectamete organizado, armado y dispuesto a todo para no consentir una estafa a la audiencia.
No obstante, la Marea Azul sería vulnerable si no tuviera previsto un plan de acción para cubrir las principales eventualidades, evitando dejar a la improvisación y a la suerte el éxito de esta lid.
LLAMADA AL TSUNAMI ZAPPING:
En el caso improbable de que la productora llegara a cometer una torpeza, la respuesta de la Marea Azul no se haría esperar:
En el mismo momento en que el Señor Qué fuerte! lea que Virginia Maestro, por falta de votos, no continúa en el concurso (insisto, eso no va a ocurrir), todos los que apoyamos a Virginia cambiaríamos de canal, lo cual representaría una caída de audiencia de un millón y medio de espectadores en apenas 5 segundos. El cambio de canal tiene que ser rápido, dentro de los 5 segundos que sigan al fatídico anuncio. Aunque la mayoría de nosotros no tenemos instalado un medidor de audiencias en casa, con audímetro o sin él, este tsunami zapping puede pasar a la historia de la televisión como la rebelión de la audiencia contra la manipulación televisiva.
Este tsunami zapping representaría una caída de audiencia tan súbita en la televisión que no va a pasar desapercibida a ningún medio que no esté bajo el control del Imperio de la telebasura y el telecirco. Por efecto dominó, el escándalo tomaría unas dimensiones que ni la productora acierta a adivinar. Además, el tsunami zapping sólo sería el principio, un anticipo de muchas otras acciones en forma de boicot, denuncia, etc. a las que preferiríamos no tener nunca que recurrir.
El llamamiento es sólo un refuerzo, porque la mayoría de nosotros estamos convencidos de que el resultado podría ser prácticamente el mismo si cada cual actuara de manera espontánea, ya que sólo hay una cosa capaz de conseguir que un espectador con un mínimo de buen gusto y respeto a sí mismo pueda soportar y digerir este programa decadente: una pequeña dosis de nuestra píldora azul, Virginia Maestro. Sin Virginia no hay forma humana de tolerar OT.
Nos consta que seguidores de Pablito están utilizando todo tipo de chanchullos y tejemanejes para llevarlo a la victoria, con la participación y el beneplácito del Ayuntamiento de Fuengirola: líneas gratuitas, llamadas desde IP dinámicas para burlar las limitaciones, etc. Sinceramente, el Ayuntamiento de Fuengirola y los falsos seguidores de Pablito están demostrándole su absoluta falta de confianza en él, porque la única lectura posible es que están convencidos de que Pablito no tiene méritos propios para ganar y que para ello necesitan esos chanchullos.
Por el contrario el tsunami-zapping de la Marea Azul, está en las antípodas de ese planteamiento. Hace ya tiempo que Virginia es la favorita indiscutible y lo es, además, en una victoria por goleada. Hasta sus peores detractores coinciden en reconocer que, muy a su pesar, la ganadora de esta edición no puede ser otra más que Virginia. Si con malas artes le arrebatan esa victoria, que hace ya tiempo que le pertenece a Virginia porque se la ha ganado por méritos propios, quedan advertidos de que el tongo no les va a salir gratis.