
MARSOPA:
Cetáceo unineuronal que pasa la mayor parte de su vida fuera de su hábitat natural, las aguas grises y vacías, adentrándose una y otra vez en aguas azules para provocar o, simplemente, curiosear. Tienen muy mal sentido del oído y peor sentido del gusto. La tendencia a abandonar su hábitat natural se explica porque las aguas vacías les producen sentimientos de soledad, aburrimiento o somnolencia, por lo que prefieren adentrarse en aguas azules mucho más fluidas, concurridas y entretenidas.
Se han detectado dos formas básicas de comportamiento:
1º El comportamiento provocador o agresivo, que consiste en canalizar su frustración de tres maneras posibles y compatibles entre sí:
1 Atacando torpemente mediante insultos y recursos poco imaginativos.
2 Justificando de manera repetitiva y cansina su mal gusto a pesar de que nadie se lo haya pedido ni tampoco les vaya a prestar atención.
3 Exigiendo explicaciones a quienes la naturaleza sí les ha provisto del sentido del buen gusto.
2º El comportamiento sigiloso, que consiste en pasar su triste existencia estudiando la vida y movimientos de los seres que habitan en las aguas azules. Para ello, se esfuerzan en pasar desapercibidas en las aguas azules, habiéndose detectado incluso intentos torpes de mimetismo, siempre sin éxito porque acaban siendo descubiertas. Una vez vuelven a las aguas grises y vacías, sienten una necesidad compulsiva de buscar otros individuos de su misma especie para comunicar los movimientos observados en las aguas azules.
En cualquiera de sus dos formas de comportamiento resultan inofensivas, porque la naturaleza no las ha dotado de recursos para resultar peligrosas ni siquiera molestas, salvo para la higiene mental, en primer lugar la suya propia, para no dañar su delicado sistema unineuronal.
Existen distintas subespecies de marsopa: la marsopa aburrida, la marsopa desgarbada, la marsopa exhibicionista, la marsopa llorona, etc. Todas las subespecies tienen las mismas formas básicas de comportamiento, variando sólo algunas peculiaridades básicas de la subespecie.
La marsopa es un animal protegido por la Organización Mundial para la Defensa del Telecirco porque se encuentra en inminente peligro de extinción, al haber ido quedando huérfanas de líder las pocas manadas existentes por el efecto de arrastre de la marea y la fuerza colosal de los tsunamis y, sobre todo, a causa de una enfermedad incurable y mortal en las marsopas llamada virginiodependencia, que actualmente es pandémica en la especie y que se manifiesta porque desperdician toda su aburrida existencia en actuar contra un ser que, dada su carencia de sentido del oído y del buen gusto, no tienen capacidad de entender. De esta manera, ellas mismas se condenan a la muerte por inanición.